En el mundo existen dos tipos de personas: los que son dueños y amantes de los perros, y los que les tienen miedo a ser lastimados por uno —usualmente son quienes prefieren a los gatos— pero no siempre se tiene que llegar al innecesario debate de cuál de los dos es mejor, porque después nos terminaría llegando el mismísimo fin del mundo.
Sin embargo, se vale argumentar que los perros, además de ser grandes fuentes para memes, son mucho más adaptados para la vida real. Mientras que los gatos pueden ser mirados solo de lejitos, y después de eso, se dejarán ser acariciados, siempre y cuando estén de humor. Por lo tanto, un perro es una criatura que está diseñada para la interacción humana.
Para esto la industria del entretenimiento se ha encargado de demostrar, mediante docenas de películas, la lealtad de los amigos peludos; desde caricaturas como Peanuts con las aventuras del perrito Snoopy o hasta dramas como Marley y Yo con el labrador travieso que disfruta degustar mangos o el perro leal por excelencia, Hachiko— tenemos admitir que nadie terminó de ver estas películas sin llorar como Magdalena—.
Además, sabemos que desde hace siglos los perros han formado parte de la vida del ser humano, siendo su mejor amigo o solamente un fiel y cariñoso ayudante, aunque hay que tomar en cuenta que en la gran mayoría los maravillosos actores se comportan en lo más mínimo como los que tenemos en casa.
Aparte de promocionar la adopción de cachorros, las películas nos dan una probadita sobre lo que es compartir tu vida con un perro, sin importar su raza, al menos de que tenga súper poderes y pueda hablar, lo cual queda bastante fuera de lugar. El punto es probar que nos acompañarán siempre en las buenas y en las malas sin algún prejuicio, haciéndolos los favoritos del público eternamente.
Al final del día, nos daremos cuenta que el peludito que tenemos junto a nosotros puede que no sea Lassie reencarnado, sino más bien un recordatorio que hay un mundo ahí afuera lejano de preocupaciones humanas, siendo este el mayor beneficio que obtenemos de ellos y todo esto sin que tengan que pronunciar alguna palabra.
TEXTO: EDITH CARRERA – _htidE@Instagram