Bella, inteligente, aficionada al teatro, a los grandes bailes, a los juegos de naipes, a la moda y de espíritu rebelde chocante con los cánones de la monarquía. Éstas y otras características convierten a María Antonieta no solo en Reina de Francia y una de las mujeres más poderosas y odiadas de su tiempo, sino en IT girl por excelencia.

Nació en 1755 en Viena, Austria. Y a la corta edad de quince años, gracias a un arreglo  hecho por sus padres, se casó en el Palacio de Versalles en París con quien sería Luis XVI, el último rey absolutista antes de la revolución.

Su vida y adaptación a la corte francesa no fue fácil. Sin embargo, consciente de la poca aceptación que tenía entre los franceses, se enfocó no en adaptarse, sino a rebelarse contra el aislamiento que ser reina representaba.

Concentrada en los bailes y las fiestas, los vestidos inusuales, zapatos, joyas, pelucas extravagantes, pasteles, etc. más que en ser madre o en su marido (de quien nunca estuvo enamorada), consiguió imponer una nueva moda ya que sus diseños de alta costura y pelucas fueron un éxito no solo en la corte, sino en toda Europa, convirtiéndola en la IT girl de la época, siendo ella quien marcó el ritmo y la etiqueta de Versalles, poniendo de moda la vida distendida en el campo en contraposición con la pomposidad de la corte.

A pesar de ello, tuvo 4 hijos. La maternidad cambió un poco su estilo de vida lujoso liberal y de fiesta que llevaba teniendo durante ocho años. Todos los esfuerzos de María Antonieta por congraciarse con su gente fueron inútiles, ya que sus derroches hacían que los franceses no la vieran con buenos ojos. Sin embargo, ella fue una mujer inmune, de  mucho carácter y con gran aguante y dignidad durante su encarcelamiento y hasta su final.

Murió a los 37 años en París, condenada en la guillotina acusada de conspirar contra Francia y de satisfacer caprichos desmesurados arruinando las finanzas del país sin mostrar interés por su pueblo hambriento. De ahí proviene su famosa frase: “Si no tienen pan, que coman pasteles”.

Mientras por unos es juzgada por su comportamiento frívolo y superficial, hay que considerar que fue a pesar de no ser ningún ángel ni caracterizarse por su calidez humana, fue una mujer que a pesar de las críticas, luchó por distinguirse y logró marcar tendencia e imponerse ante todo y ante todos por su poca disposición a ser gobernada y su gran independencia.