Fue en 1983 cuando al diseñador italiano Franco Moschino, un artista/publicista del estilo de Andy Warhol, le surgió la idea de crear trajes económicos, útiles y prácticos con un aire de desenfado. Fue entonces que creó la firma con su apellido: Moschino, la cuál es una marca extravagante, gráfica e icónica que rompió con la moda conservadora de la época y vino a llamar la atención por poner “patas arriba” a lo tradicional con su lema “stop the fashion system” y gracias a eso se debe su éxito y fue él junto con Toscani, de la marca Benetton, que sentaron las bases de campañas de publicidad contemporáneas.
Tres años después de su fundación se creó la línea masculina, de niños y de perfumes. Cuando la marca agarró fortaleza, logró que sus desfiles fueran de los más esperados y ovacionados. Gran parte de sus ganancias son donadas a causas pacifistas, benéficas o ecológicas.
Franco falleció en los 90 por el sida. A pesar de ello, la marca sigue fuerte sobre todo en perfumes y bajo el lema de su creador: “Las emociones son la gasolina de la vida.”
Por ser una marca globalizada, se pueden comprar sus productos en muchos países en sus tiendas exclusivas además de su tienda en línea y tiendas de retail como nordstrom, Saks Fifth Avenue, House of Fraser, Harrods, Printemps, El corte inglés y La Rinascente. Siempre polémico, en su más reciente colección el protagonista fue el corte pixie, el color amarillo y las Chicas Superpoderosas. Conocidos por el uso de íconos pop de manera polémica, decidieron incorporar accesorios de series animadas, incluso haciendo un bodysuit de Bob Esponja. En cuanto a su línea de perfumes, Milla Jovovich es la cara de su nueva campaña de ‘Fresh’, el perfume cuya botella recuerda al limpiador de cristales azul que tenemos en casa.
Texto: Carolina Mejía