Tratar de definir los años setentas en una palabra definitivamente tendría que ser: experimental. Tras un siglo de cambios por década, los setentas se consolidaron como una época explosiva que, como en otros años, fue reflejo de la cultura popular, los desastres sociales y la problemática burocrática del momento.

Tras concluido el periodo estadounidense hippie de los sesentas y la psicodélia, otras contraculturas liberarías y pacifistas surgieron, el punk rock nació, dando así paso a lo que vimos reflejado en la estética de los setentas como una juventud rebelde, un tanto anarquista, influenciada por una sed activista, fomentando una imagen agresiva y transgresora en ciertos casos. De esta manera una coalición se formó entre corrientes artísticas que permitieran la libre expresión sin censura; tal es el caso de bandas como Sex Pistols, The Clash, Blondie y Ramones, que trabajaron a la par del diseño de la época y de muchos otros medios gráficos que transmitieran no solo un mensaje de aceptación, sino un llamado a la acción.

El estilo gráfico característico de los setentas comprende muchas vertientes que dependieron totalmente de su ubicación geográfica: las formas orgánicas tipográficas, el collage y la intervención de fotografía, o bien la evolución New Wave (a finales de la década) que buscaba la simplicidad estética, la iconografía como significante y la clarificación del significado.

En general, la representación de los setentas es burdamente reconocida internacionalmente por la palabra “retro”, la música disco y los grandes afros, sin embargo el periodo histórico que se comprendió, simbolizó grandes cambios políticos, sociales y culturales, y representó de igual manera, una evolución en el estilo de vida y claro, en el diseño gráfico y las artes visuales.


Texto: Finn Vargas