Turku es un ‘pueblito’ nórdico que había sido la capital antes de Helsinki; se encuen-tra al sur de Finlandia, lejos de Santa Claus y los Huskys Siberianos (estos se encuentran en el norte, en Laponia). Lo primero que notas cuando pisas territorio finés es el aire limpio, hay personas en bicicleta por doquier y la infraestructura de los edificios no ha sufrido de vandalismo, pero seguido se ven paredes plasmadas con impresionante arte en graffiti. La gente, por lo general, es reservada. Sin embargo, una vez que tratas finlandeses, te darás cuenta que también es gente honesta, eficiente y, generalmente, siempre dispuesta a sacarte de un apuro o darte a probar licor finés. Si un día te encuentras perdido por calles de Finlandia, no te asustes, obtendrás ayuda fácilmente, ya que casi toda la población habla inglés. En cuanto a su inglés, sé de dos razones. La edu-cación que Finlandia le proporciona a su gente es de la mejor del mundo y, al parec-er, las películas y series casi no se doblan al finés o sueco, la gente vive a puro subtítulo. El estereotipo de los saunas es cierto. Inclusive a algunos finlandeses les gusta dis-frutar de un poco de vodka dentro de ellos, lo cual no es recomendable, pero si sí han bebido lo suficiente durante el sauna, se arman de coraje líquido y se lanzan a la nieve en traje de baño. En cuanto a paisajes se trata, hay lugares indescriptibles. Los árboles existen en abundancia, hay muchísimos lagos y las auroras boreales son tan increíbles y majes-tuosas como te has de imaginar.
Por si no se ha despertado tu curiosidad, con aproximadamente 35 euros puedes tomar un crucero a Estocolmo, Suecia desde Turku. ¡Sin mencionar qué tan cerca quedan Rusia, Noruega y Dinamarca para viajes express!
Texto: Adriana Portillo Lozano